Noche cargada de rock y virtuosismo.
El jueves 7 de marzo en Sala Metrónomo fuimos testigos de una noche mágica, cargada de rock y virtuosismo.
Abre la banda Vago Sagrado con acordes y riffs que transportan en una atmósfera que eleva y mantiene en un suspenso sonoro constante. Se cumple la mística y los asistentes comienzan a sumergirse en el trance propuesto por los 4 músicos en escena que enfrentan este primer acercamiento. Interesante propuesta el relato a modo de declamación en algunas canciones.
En el segundo acto, Yajaira comienza con potencia sonora, sonidos profundos recorren la sala desde el borde del escenario hasta el último rincón. Se observa el liderazgo y presencia de su vocalista. En algún punto declaran “nos preparamos cuatro años” y eso quedó demostrado con gran fiato entre los músicos, cuyo baterista utiliza cuales cuerdas vocales la batería a su plena merced. El público corea los últimos temas y comienza a sentirse la expectación por el plato fuerte de la noche.
Comienza a montarse los instrumentos de Brant Bjork, una propuesta minimalista de trío con una guitarra versátil, un bajo melódico y una batería. Aparece en el escenario su vocalista y líder, transmitiendo una impronta norteamericana, es inevitable sentir el aire estadounidense en nuestra tierra. Músicos de experiencia que saben perfectamente qué hacer y cómo, al partir el primer tema aparece una magia sonora, intensa, consolidada y robusta. El rock de la banda se apodera de la sala y el público entra en el frenesí de cada canción.
La velada concluye con la algarabía y aplausos totales para un show musical de alto nivel, repasando los éxitos de la banda con total propiedad.
Brand Bjork se ve contento y conforme, Chile le ha recibido con los brazos y oídos abiertos a su talento y sonoridad única.